Día 27 - Defínete como jugador de rol

¿Cómo me definiría como jugadora? pues básicamente como alocada, temeraria y preguntona. 

Cuando llevo un personaje intento meterme en su piel y pensar como actuaría en esas situaciones, y siempre lo consigo. Menos una vez que me costó mi personaje por no actuar como debía actuar. Os lo explico: Llevé durante una gran temporada mi paladina, que si leísteis mi mayor pifia sabéis que murió de forma trágica y repentina. Era buena, gentil, combatía hasta el final, ayudaba a sus compañeros, vamos, un ejemplo a seguir. Pues después de su muerte volví a hacerme una paladina, pero ya no era como antes, no se si fue por el hecho de morir así después de muchas aventuras juntas, que empecé a actuar de malas formas y cada vez me iba al lado oscuro. ¿Qué hacía? pues un ejemplo de los más suaves fue pedir dinero a los aldeanos para librarles del mal, verles las caras a mis compañeros y al máster, no tuvo precio. Así que me costó hacerme otro personaje antes de sucumbir al mal (el máster me hacía ver visiones de cosas chungas que me estaban cambiando y que mi deidad me estaba dejando). Y los demás se llevaban las manos a la cabeza diciendo que no podían creer lo que veían y escuchaban de la paladina. En fin, estás cosas ocurren, puedes ser bueno pero por circunstancias de la vida ir sucumbiendo al mal. 

También, como jugadora, pregunto todo incluso intento buscar por sitios que ni merecen la pena, pero por si acaso, mi frase siempre es: "y si...". Una vez en un pueblo fantasma había una casa que habitaban unos espíritus, pues dije de quemarla y por eso me lleve puntos de experiencia, porque logré que los espíritus se fueran en paz. Después de eso hubo una temporada que quería quemarlo todo para purificar, menos mal que se me pasó pronto x'D

Recuerdo una vez siendo hechicera que un contemplador nos estaba dando una buena tunda, pues caí a unas rocas (que por casi muero) y tuve que hacerme la muerta para que pasara de mi y fuera a por los demás mientras yo intentaba meterme en su cuerpo. Fue una locura. Pero al final todo salió bien.

Qué poquito queda para que acabe el desafío. ¡Hasta la próxima!