Al final he terminado dibujando el dungeon a mano. He andado mal de tiempo últimamente. Lo he "mejorado" un poco con el ordenador. Espero que se entienda bien.
Pregunta 11: Hace dos días hablamos de cierto dungeon/subterraneo/cavernas/etc situado cerca de Highdell. En casi toda campaña de fantasía medieval llega un momento en el que los personajes han de ir a visitarlo, para comprobar si las leyendas son ciertas, si son capaces de enfrentarse al desafío que representa su interior y los habitantes que lo pueblan… y como esto es un desafío, y hasta ahora las cosas, dentro del mismo, se han mantenido más o menos en una zona de confort bastante centrada, vamos a salirnos del todo de ella. Coge un papel, y dibuja a mano alzada un esquema (lo más detallado que te atrevas) de dicho dungeon, y sube la foto como respuesta a esta entrada.
Llegamos hasta la zona que estaba indicada en el mapa del bosque. Bajamos de los caballos y Darion los soltó diciendo que sabrían volver con los Sinof ya que no sabía lo que tardaríamos allí abajo. Viendo el lugar estábamos cerca de Highdell, se podría llegar andando sin problema. Después de una hora buscando por los alrededores encontramos un piedra que a simple vista parecía algo normal, pero fijándonos bien y sabiendo que estábamos buscando la entrada al túnel nos dimos cuenta que era una piedra peculiar. Tenía forma rectangular, con relieves extraños. Le quitamos la tierra y las pequeñas plantas que tenía encima. Una vez que quedó despejada se podía leer una inscripción:
-"Aquí descansa mi vida y mi muerte" -dije en voz alta.
-¿Cómo puedes saber lo que pone? -preguntó Darion incrédulo.
-Se ve perfectamente. Y aquí -dije mientras me quitaba el medallón y lo acercaba a la piedra- hay un hueco que encaja con el...
-¡Espera...! -gritó el guerrero mientras me cogía del brazo.
Ya era tarde para la advertencia. Un remolino de luz blanca nos absorbió y lo siguiente que vimos era oscuridad. Me puse rápidamente el medallón y de él brotó una luz que iluminó el espacio en el que estábamos.
-Seren, la próxima vez que vayas a hacer algo así, por favor, consúltamelo antes.
Como respuesta sonreí mientras pedía perdón.
-Bueno, pongámonos en marcha. Viendo el mapa tenemos que bajar por esta especie de caverna hasta llegar al suelo donde aparecen dos posibles caminos.
Todo lo que me alcanzaba la vista era piedra. Dura roca tallada rápidamente. Teníamos que fijarnos bien en el suelo, habían escaleras, pero muchas de ellas había que bajarlas pegadas con mucho cuidado en la afilada pared porque podías caer desde mucha altura. Agradecí la ropa que llevaba y las botas. Finalmente llegamos al fondo. Habían dos túneles tal y como decía el mapa. Miramos primero al de la izquierda, después fuimos al de la derecha. El medallón emitió durante un segundo una luz más clara en este último pasillo. Aunque parecía el camino más corto también era del que no se sabía nada. Se lo dije a Darion y decidimos seguir por el de la derecha.
Después de un largo rato caminando por terreno difícil, llegamos a otro espacio abierto. La bajada era peor que en la anterior. El guerrero iba delante. Escuché un ruido detrás mio y vi una piedra alargada rodar hacia mí y se quedó en el borde de la escalera. Me fijé bien y vi que era blanca, me agaché a cogerla. Vi que era un hueso. En ese momento escuché a Darion gritar y el suelo se movió a mis pies. Me había alejado de la seguridad que proporcionaba la pared, por lo que no me podía agarrar a nada, y por si no fuera poco una criatura monstruosa que provocaba los temblores corría hacia nosotros. Darion fue a cogerme pero el animal lo empujó. Caí sin poder agarrarme a nada. Fui golpeándome y hasta que las piedras pararon mi caída. Después se volvió todo oscuro. Perdí la consciencia durante unos minutos...
-Vamos Seren, bébete esto. Quédate conmigo. Escucha mi voz.
Un liquido fresco entró por mi garganta y noté como iba cerrando mis heridas mientras Darion no paraba de hablarme. Abrí los ojos y el guerrero me abrazó.
-Si te pasara algo no me lo podría perdonar nunca...
Vi que él también tenía heridas.
-Tranquila, aquella criatura me pillo desprevenido. Son heridas sin importancia. Continuemos.
Nos levantamos y después de recuperar el aliento nos adentramos por el único túnel que había. Tenía la sensación de que llegaríamos directamente a la entrada del Quinto Templo.
Espero que este dibujo sea suficiente, junto con la continuación del relato que empecé el día 2, para cumplir con la pregunta del desafío de hoy.
¡Nos leemos!
La entrada
Llegamos hasta la zona que estaba indicada en el mapa del bosque. Bajamos de los caballos y Darion los soltó diciendo que sabrían volver con los Sinof ya que no sabía lo que tardaríamos allí abajo. Viendo el lugar estábamos cerca de Highdell, se podría llegar andando sin problema. Después de una hora buscando por los alrededores encontramos un piedra que a simple vista parecía algo normal, pero fijándonos bien y sabiendo que estábamos buscando la entrada al túnel nos dimos cuenta que era una piedra peculiar. Tenía forma rectangular, con relieves extraños. Le quitamos la tierra y las pequeñas plantas que tenía encima. Una vez que quedó despejada se podía leer una inscripción:
-"Aquí descansa mi vida y mi muerte" -dije en voz alta.
-¿Cómo puedes saber lo que pone? -preguntó Darion incrédulo.
-Se ve perfectamente. Y aquí -dije mientras me quitaba el medallón y lo acercaba a la piedra- hay un hueco que encaja con el...
-¡Espera...! -gritó el guerrero mientras me cogía del brazo.
Ya era tarde para la advertencia. Un remolino de luz blanca nos absorbió y lo siguiente que vimos era oscuridad. Me puse rápidamente el medallón y de él brotó una luz que iluminó el espacio en el que estábamos.
-Seren, la próxima vez que vayas a hacer algo así, por favor, consúltamelo antes.
Como respuesta sonreí mientras pedía perdón.
-Bueno, pongámonos en marcha. Viendo el mapa tenemos que bajar por esta especie de caverna hasta llegar al suelo donde aparecen dos posibles caminos.
Todo lo que me alcanzaba la vista era piedra. Dura roca tallada rápidamente. Teníamos que fijarnos bien en el suelo, habían escaleras, pero muchas de ellas había que bajarlas pegadas con mucho cuidado en la afilada pared porque podías caer desde mucha altura. Agradecí la ropa que llevaba y las botas. Finalmente llegamos al fondo. Habían dos túneles tal y como decía el mapa. Miramos primero al de la izquierda, después fuimos al de la derecha. El medallón emitió durante un segundo una luz más clara en este último pasillo. Aunque parecía el camino más corto también era del que no se sabía nada. Se lo dije a Darion y decidimos seguir por el de la derecha.
Después de un largo rato caminando por terreno difícil, llegamos a otro espacio abierto. La bajada era peor que en la anterior. El guerrero iba delante. Escuché un ruido detrás mio y vi una piedra alargada rodar hacia mí y se quedó en el borde de la escalera. Me fijé bien y vi que era blanca, me agaché a cogerla. Vi que era un hueso. En ese momento escuché a Darion gritar y el suelo se movió a mis pies. Me había alejado de la seguridad que proporcionaba la pared, por lo que no me podía agarrar a nada, y por si no fuera poco una criatura monstruosa que provocaba los temblores corría hacia nosotros. Darion fue a cogerme pero el animal lo empujó. Caí sin poder agarrarme a nada. Fui golpeándome y hasta que las piedras pararon mi caída. Después se volvió todo oscuro. Perdí la consciencia durante unos minutos...
-Vamos Seren, bébete esto. Quédate conmigo. Escucha mi voz.
Un liquido fresco entró por mi garganta y noté como iba cerrando mis heridas mientras Darion no paraba de hablarme. Abrí los ojos y el guerrero me abrazó.
-Si te pasara algo no me lo podría perdonar nunca...
Vi que él también tenía heridas.
-Tranquila, aquella criatura me pillo desprevenido. Son heridas sin importancia. Continuemos.
Nos levantamos y después de recuperar el aliento nos adentramos por el único túnel que había. Tenía la sensación de que llegaríamos directamente a la entrada del Quinto Templo.
Espero que este dibujo sea suficiente, junto con la continuación del relato que empecé el día 2, para cumplir con la pregunta del desafío de hoy.
¡Nos leemos!
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